martes, 1 de junio de 2010

Contra publicidad


Son muchos los miles de millones que la industria farmaceutica se embolsa a través de alamrmas apandémicas infundadas, favorecidas por gobiernos estatales y acuerdos internacionales... ¿Hasta dónde esta falta de ética y respeto por la vida?

De la misma manera, a través de la publicidad se nos vende un imaginario de belleza asoicado a un estilo de vida basado en el consumo edonista. Pero en este caso no se esconden..., dejan claro quienes son las victimas.

El emplazamiento de productos.

Es curioso el cambio que se ha producido en las estrategias publicitarias durante los últimos años. Recuerdo como hace ya algún tiempo, al salir del cine comentába con los amigos el descaro de cierta marca, cuando un producto era reconocible durante la película. Nos sorprendíamos y era algo poco corriente y, al menos en mi círculo de amistades, no demasiado sensibilizados con este asunto de la influencia prublicitaria en la sociedad, era reprochable y criticado.
Sin embargo, hoy en día, a nadie le sorprende que Mat Damon recorra las calles de Roma, haciendo piruetas imposibles en un Mini de Cooper, o que Ben Stiller, lo haga en el soleado México, con la nueva versión cabrio. Ambas estrategias promocionales, aprovechando el entorno de un destino vacacional exótico, aportan elementos añadidos a la conducción del vehículo en cuestión para hacerlo más deseable para un determinado público.
De esta manera constato, en mi propia experiencia, la influencia que los medios tienen a largo plazo sobre la representación que tenemos de la realidad, cambiando, incluso, la percepción que se tiene del propio uso de la industria publicitaria sobre los propios medios.
En unos pocos años, hemos pasado de no ver ningún producto en la tele a encontrarlos emplazados en todas y cada una de las teleseries. Paquetes de patatas, refrescos, móviles a los que se les hace un primer plano, carteles que inundan de manera “fortuita” un plano, anuncios televisivos observados o escuchados por el propio actor o actriz, etc., han pasado a formar parte de la cotidinaidad de los guiones, decorados y atrezzo de toda teleserie que pretenda tener financiación. Sin embargo, estamos tan acostumbrados a utilizar las marcas que, rara vez somos conscientes cuando aparecen en el decorado.
Así es, las marcas de los principales productos de consumo pasan aparentemente desapercibidas cuando son utilizadas por los actores y actrices de la televisión y el celuloide. ¿Aparentemente?, si porque, aunque el proceso de insensibilización producido por la mecionada sobreestimulación, puede hacer que no reparemos en el producto en sí, en realidad, cuando una desconocida ama de casa, comprando leche en el supermercado y recomendandola para el crecimiento de los niños y niñas, perfectamente vestida con traje de ejecutiva para obtener mayor autoridad, no le llega al “currito” despreocupado de las tareas reproductivas de la casa y apoltronado en su sillón viendo la tele, ya se encarga de él una jóven actriz bebiendo sensualemtne un baso de esa misma leche, como parte del guión de su papel de “lolita”.
Por lo tanto, estamos sobreexpuestos a los efectos de la publicidad inmersa en los productos de entretenimiento, lo que, al margen de tener cierto tufillo a ilegal, es del todo inmoral. ¿por qué tenemos que ser bombardeados por publicidad cuando despreocupados y con los sistemas de alerta en stan-by, intentamos disfrutar de una película?
Si bien ciertos estudios empíricos (“La eficacia del emplazamiento de productos entre los niños” J.Fernandez Cavia et al.) vienen a concluir que “el product placement tiene un impacto muy limitado en la memoria y comportamiento de los niños”, y que “muestran altos niveles de reconocimento y conciencia del product placement”, me sigue pareciendo aun más inmoral la idea de un Luni, con un yougurt de una determinada marca explicando la diferencia entre estar fuerte y sano o debil y enfermizo.
Yo también estoy de acuerdo en que un niño o niña de 10 años “no es un ser indefenso e inconsciente, fácilmente influenciable por la publicidad convencional” o este otro tipo de estrategias; sin embargo, desde mi punto de vista, el simple hecho de “reforzar el consumo de una marca”, como reconocen que ocurre con el emplazamiento de productos, en niños y niñas, me parece un uso perverso de los medios de comunicación por parte de la industria publicitaria, que se dirige a éstos para guiar los habitos consumistas de las familias, intentando sustituir el criterio materno y paterno, sea éste de salud, calidad, precio o preferencia (gusto), por un citerio de cotas de mercado.
Si bien es función de padres y madres preocuparse por tener mayor información, así como una acitud responsable y activa en la elección de sus productos, no dejándose influenciar por el capricho infantil, no parece legítimo intentar manipular los deseos de niños y niñas, por mínimo que sea el efecto sobre estos, así como el impacto sobre las decisiones familiares.
Creo, por tanto que la publicidad debe ceñirse a estrategias menos agresivas y manipuladoras, sin por ello renunciar al tirón de personajes exitosos. Consideremos la posibilidad de una industria cinematográfica capaz de relegar el ingreso masivo de dividendos a la proyección de las películas y su categorización de éxito, de manera que vendiera sus derechos de imagen a productos para spots de publicidad convencional. En el mismo sentido, imaginemos que la “lolita” de la teleserie pueda aparecer, como de hecho ya ocurre, en un espot o cartel, haciendo su papel de anunciante del producto en cuestión. Estaríamos al menos ciñendo la publicidad a su espacio “legítimo”, y no incrustándola en otro producto destinado a un fin recreativo, lo que a mi modo de ver viola derechos personales de carácter ético.
Gonzalo Martín

La campaña de los peleteros

Noticia Publicada en El Mundo el 31 de Enero de 2000

Eva Vallejo, portavoz de la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (ANDA) cree que las protestas de las empresas peleteras influyeron en la EMT.
José Miguel Martín, gerente de la Asociación Empresarial de Peletería de Madrid, se defendió ayer: “Llamamos a la EMT para quejarnos, pero la decisión de retirar los anuncios la tomó la empresa. ¿Quiénes somos nosotros para presionar a la EMT? Nos dan más importancia de la que tenemos”. La tercera pata del caso se ha puesto del lado de los pelearos. Fuentes de la EMT aseguran que el lema de la campaña era “lesivo para intereses de terceros” y afirman que la petición de retirada la campaña que hizo este sector “estaba justificada”.

Sin embargo ANDA llevará a los tribunales a la EMT. Este grupo ecologista -2.500 socios en España- lanzó en 1998 la misma campaña y no encontró problemas en los autobuses municipales. En aquellas navidades, ANDA colocó el anuncio en 105 autobuses durante 15 días. “La campaña bajó las ventas de los abrigos de piel e incrementó nuestro número de socios. Ayudó a concienciar a la gente de lo que supone vestirse con la piel de una animal“ cuenta Vallejo. ANDA volvió a negociar con la EMT la última Navidad. “Se acordó insertar esos anuncios en 50 autobuses desde el 27 de diciembre hasta el 9 de enero por 2.130.000 pesetas. La campaña pasó todos los trámites previos en la EMT y se inauguró el 27 sin problemas.

La imagen de los tres cachorros de zorro rojo y la frase recorrieron Madrid los días 27 y 28 de diciembre pero desaparecieron el 29. “El 28 por la noche, Transpublisa (empresa de publicidad que trabaja con la EMT) nos dijo que iba a quitar los carteles por orden de la EMT. Al día siguiente, la EMT argumentó que íbamos contra los intereses económicos de una sector privado” señala Vallejo.

El coordinador de ANDA, Alberto Díez, denunciará a la EMT por considerar el hecho “una censura clara y un atentado contra la libertad de expresión”. “Todas las campañas de publicidad lesionan intereses de otros, por ejemplo, los de sus más directos competidores”

Tanto la Organización Empresarial Española de Peletería como la Asociación Empresarial de Peletería de Madrid reconocieron ayer su intervención en el asunto. “Llamamos por teléfono a la EMT para decir que había una publicidad que atentaba contra la dignidad de la peletería, una campaña tendenciosa. Dijimos a la EMT que nos sentíamos dañados y planteamos si podía haber alguna ilegalidad” indica Martín. El gerente de esta asociación madrileña aseguró que ya en las navidades de 1998 los peleteros mostraron su malestar al a Empresa Municipal de Transportes “pero no hicieron caso. Rectificar es de sabios”.

El debate entre la industria peletera y los defensores de los animales es feroz e interminable. “Nosotros somos un sector más de la actividad económica de España. No nos metemos con animales salvajes, ni con especies en vías de extinción.. Trabajamos con animales de granja. Le pongo dos ejemplos: el mutón no es ni más ni menos que cordero merino español. Seguro que todos hemos comido alguna chuleta. El ratmusque es la rata almizclera. En Holanda, país progresista y concienciado, las matan porque si no destrozan los diques y acabarían con mucha gente” (José Miguel Martín). “Para hacer un abrigo largo de piel se necesitan ocho lobos, ocho pumas, ocho focas, 15 zorros, 55 martas, 200 chichillas, 15 nutrias, 15 linces, 15 ocelotes, 20 gatos, 60 visones, 25 canguros, 30 castres, 35 mapaches 50 hurones y 250 ardillas. No los usan enteros, claro. Con pequeñas partes de su piel les basta” (Eva Vallejo).




En función de los acontecimientos narrados en el comentario de la noticia, se podría concluir que el acceso a los medios, si bien es libre y está al alcance de todo aquel que se lo pueda permitir, son finalmente las corporaciones y grandes empresas, a través de los oligopolios que sustentan, quienes tienen la capacidad de decidir cuáles serán finalmente los mensajes que lleguen a los y las consumidoras, que es como ellos ven a los y las ciudadanas.
Una “bajada de pantalones” como la realizada por la EMT demuestra que los espacios públicos están en manos de empresarios del segundo sector (que debería llamarse el primero para hacer justicia a su capacidad de control y el poder que ejercen sobre la sociedad en general)
Pero no es nada nuevo ni que no conozcamos. Pongamos el ejemplo de alimentación. Hace unas semanas se realizó, convocado por el COAG, en Madrid una manifestación contra los transgénicos, cuya repercusión en los medios fue minimizada al simple plantemiento de la participación en números (contrastando, como siempre, entre los emitidos por “fuentes oficiales” y otras “fuentes interesadas”), pero ningún medio público se hizo eco de la problemática de fondo.
La Doctora en Bioquímica Olga Cuevas Fernández (1999), lleva años explicando (y no es la única, ni la primera), entre otras cosas, de que manera se relaciona la ingesta de leche de vaca, especialmente la uperisada, en humanos con el desarrollo de enfermedades como el asma, las alergias, la dermatitis y el cáncer, y haciendo referencias a los intereses económico de las grandes productoras en que dicha información no tenga credibilidad entre la población de un país productor de leche con tantas empresas lácteas de prestigio internacional. Por lo tanto, es ilegal “ir contra los intereses económicos del sector privado”, pero no parece serlo ir contra la salud de los consumidores/as, como demuestra que, paradojicamente, empresas relacionadas con el alcohol y el tabaco no pueden financiar el deporte (aunque sea contaminante y pernicioso como la fórmula 1) pero si puede hacerlo Pascual o Danone.
Los mecanismos de presión que utilizan las asociaciones de empresarios y otras entidades del sector empresarial para conseguir sus medios contrastan con frases como “¿quienes somos nosotros para presionar a la EMT?”. Sin embargo, esta presión puede llevar incluso a que se revise y modifique la legislación para beneficiar a empresarios, como en el caso del hotel construido ilegalmente en la playa del Algarrobico en el parque natural del Cabo de Gata.
¿Quién ostenta el poder legislativo, el senado, los jueces o los abogados de las grandes empresas? A salvo tras sus personalidades jurídicas los empresarios contratan potentes bufetes de abogados para defender sus intereses, a costa de cualquier precio, incluso la vida humana. (Me vienen a la cabeza películas como El Jardinero Fiel o Erin Brokivitz).
En este sentido creo que hay poco más que decir sobre los medios y los soportes, pues si los grupos empresariales puede conseguir que la administración legisle en función de sus intereses y minimice el impacto nocivo para la salud de sus productos, ¿cómo no iba a poder decidir lo que se puede anunciar y lo que no?

El maná de los oportunistas



Análisis de propaganda….




Si bien es verdad que un requisito para estar informadas es mantener una actitud activa, no es menos real que a veces, para ver este tipo de propaganda, la actitud debe ser, también activa, para mirar a otro lado.
A mi, que no me había enterado de esta situación tan bizarra, me causa rubor pensar que haya gente capaz de gastarse un dineral, que cuesta una campaña, tan sólo en trasladar una idea tan vaga como la existencia o no de Dios.
En primer lugar, consideremos la entelequia que supone afirmar que algo no existe… Entonces no lo menciones, ignóralo. Pero sobre todo, no gastes un dinero absurdo en promocionar que lo que no es, no es… A no ser, que escondas la intención de proponer a un grupo de personas que lo de Sodoma y Gomorra es un cuento como el “hombre del saco”, con la intención de descargar las presiones morales en torno a las actitudes consumistas y hedonista, de cara a favorecer el desarrollo interesado de actitudes en un sector de la población.
Ya, pero entonces estaríamos hablando de publicidad indirecta. Lo cual, tal vez no esté tan alejado de la realidad. El slogan del Bus-Ateo se vende como un anuncio publicitario y se paga por una asociación que actúa con mimetismo de otra serie de iniciativas de los laicos protestantes de Reino Unido y Estados Unidos, basándose en la libertad de expresión y utilizando un adverbio eufemístico para evitar querellas y prohibiciones. Pero si ,como dicen, no quieren ofender, ¿por qué eligen un autobús cuya ruta pasa por la sede de la Conferencia Episcopal?
Aun más rocambolesco - de película de Esteso y Pajares - me parece que un párroco evangelista proponga una campaña en Fuenlabrada y se dedique a hacer lo mismo para contrarrestar preventivamente el calado del mensaje laico. El punto más chistoso lo pone la circunstancia de que la ausencia de tilde pueda reforzar el mensaje del bus ateo.
Sin embargo, lo que de verdad está de fondo es la intencionalidad de ganar adeptos para la causa, en la que se pierde el respeto, en ambos casos, al receptor del mensaje, ya sea cristiano, ateo o musulmán. De momento hay dos grupos de gente que no sólo se preocupan de promulgar su creencia o ausencia de ella, sino que intentan generar en el resto un posicionamiento para ganar fuerza.
En este sentido la Conferencia Episcopal acusa de ofensivo el mensaje de AMAL, lo cual no deja de ser valiente en alguien que dedica su vida a defender que quien no cree en Dios será juzgado. Acaso no es eso una ofensa a las personas que reciben dicho mensaje y a su capacidad de decisión, así como a los niños y niñas que reciben una educación cristiana por derecho de sus progenitores.
Sin embargo parece que no debe ser tan ofensivo que, si alguien utiliza su libertad de elección para decidir si quiere arruinar su vida y la de una criatura u optar por la alternativa del aborto, tenga que aguantar que se le llame asesina, a través de campañas propagandísticas.
La propaganda es partidista y tiende a la ofensa de quien se da por aludido, lo cual también es lícito en muchos casos, pero es verdad que el poder legislativo y/o judicial, debería hacerse eco de situaciones de indefensión y controlar algunos mensajes propagandísticos destinados a difamar a colectivos, como en el caso de la propaganda que en los últimos meses equipara el movimiento feminista con el nazismo a través de simbología pangermanista y juegos de palabras (“feminazis”), dando explicaciones muy alejadas de la ideología igualitaria que proponen absolutamente todas sus facciones, ya sea el feminismo de la diferencia, de la igualdad o incluso el radical… Este tipo de propaganda no sólo insulta y denigra, sino que miente, con la intención de generar una animadversión contra los grupos feministas y la liberación de la mujer, en vez de proponer su propia teoría acerca del asunto.
Pero, volviendo al asunto de inicio, creo que una actitud activa ante este tipo de información es la “desatención”. Esta idea de no hacer mucho caso e ignorar deliberadamente este tipo de mensajes interesados, que proponen que “estar conmigo es la opción verdadera”, a saber en función de que intereses económicos y/o estructurales, es una alternativa inteligente para que se cansen y utilicen los recursos en fines más agradables, porque resulta que la denuncia es utilizada por los oportunistas para generar opinión pública y rebatida por otros oportunistas para forzar cuotas de poder, todo ello a través de los medios de comunicación…
Los medios y sus “dueños” utilizan este tipo de cuestiones, aparentemente inofensivas, para captar la atención de los receptores y lanzar otro tipo de mensajes de forma lateral, que calan de manera semi-consciente en el sistema de valores de las personas (educación informal).
Así ,si como consecuencia de esta aparentemente, estúpida guerra, atendemos a todo lo que se dijo en los medios de comunicación durante esas fechas, encontraremos un montón de intervenciones destinadas a generar cambios de comportamiento y actitud hacia el gobierno de los municipios que lo permitieron y las asociaciones y entidades no gubernamentales de tal o cual afiliación ideológica y/o religiosa, junto con paralelismos desvalorizantes de movimientos sociales para ilustrar mensajes, cuñas entreveradas de intereses por parte de las facciones en conflicto y opiniones traídas de manera artificiosa para insistir en algo que rara vez tiene algo que ver.

La interactividad en los medios de comunicación

Cuando nos referimos a la televisión interactiva, podemos entender muchas cosas, si nos enfrentamos al concepto de ineteractividad...

"una expresión extensiva que en una serie de intercambios comunicacionales implica que el último mensaje se relaciona con mensajes anteriores a su vez relativos a otros previos". (Sheizaf Rafaeli)

... podemos establecer tantos niveles que, inlcuso la tecnología del mando a distancia podría llegar a comprenderse como tal. De hecho, todas podemos recordar la aparición del zapping como una forma de interactuar con la tv en la que al mensaje emitido por la televidente, contestaba el aparato cambiando de canal.

Sin embargo, opino que cuando hablamos de interactividad, hablamos de algo más, de incorporar una reacción en la persona emisora, y no en el aparato. Por lo tanto, propongo que, en terminos de comunicación democrática, no es suficiente con que se produzca un feed-back, ya que éste siempre se produce, ya que la ausencia de respuesta o la respuesta vacía son también retroalimentaciones para el emisor, como por ejemplo, ocurre con el silencio administrativo.

Si llamamos canal retorno a los mensajes que aparecen, como en la foto, en el pie de la pantalla de los programas de "petardeo", no podemos hablar de interactividad, ya que los personajes que aparecen en el programa, ni tan siquiera son conscientes de lo que opinan los televidentes.

Por otro lado, la influencia que tiene para el proceso comunicativo el hecho de que un montón de borregos opinen sobre las chorradas de un grupo de "polemistas casposos", me parece nimia. ¿Que pasaría si aplicáramos este tipo de tecnología a los debates electorales?

Otro tipo de interactividad, con mayor incidencia en el desarrollo de los acontecimientos es lo que se hace en los reality shows con el voto por el móvil para elegir a tu candidato a ganador/a. En estos se demuestra cierta soberanía popular, contradiciedo hasta a los presentadores/as del programa, que a veces se lamentan de la eliminación de tal o cual personaje. Sin embargo, democrático, sería que el pleno de ministros sacara por la tdt sus propuestas de gobierno y presupuestos anuales y mediante un set top box decidieramos de manera libre, su aceptación, cuantía, etc. Y esta fuera respetada.

Por contra, donde parece que se han esmerado más es en la posibilidad de hacer compras por televisión en los canales destinados a la venta, en la elección de programaciones a la carta (bajo pago de cuota), en los ppv, en el video-club en casa (ONO) y otra serie de "saca-cuartos" para los que la tecnología está siempre al servicio del ciudadano y al acecho de su bolsillo.

Otras cuestiones igualmente sórdidas son las participaciones de los medios en las redes sociales, ganando "visitantes" a través de encuestas, pequeños concursos, retos... Ahora, una vez que se termina la serie, el programa, etc., puedes seguir enganchado el resto del día mediante face-boock, twenty y demás.

Análisis de publicidad

Análisis objetivo:



El spot presenta a un joven en un país, que bien podríamos localizar en un país bañado por océano índico, donde la realidad socio-económico y el marco socio-cultural proponen un desarrollo menor que el de los países occidentales al que se dirige este anuncio, como es el caso de España.

El joven en cuestión “tunea” su viejo coche para hacerlo parecer un vehículo moderno de los propuestos por una marca comercial europea, para lo que trabaja día y noche en la plaza de la localidad, utilizando métodos poco ortodoxos que rayan el esperpento.

Finalmente, cuando ha terminado el trabajo, se pasea al volante del vehículo con sus colegas por las zonas de alterne, captando la atención de la gente, en especial de una chica.

La propuesta hace referencia a las ventajas de conducir un coche de la marca y modelo anunciados.


Análisis connotativo:

La idea de fondo está bastante trillada, aunque no por ello tiene menor valor: “si conduces este coche, tendrás éxito social”.

Esta idea, ya de por si manipuladora de las necesidades de los y las jóvenes, propone además una serie de valores implícitos en la sociedad capitalista, que inciden de manera poderosa en las relaciones interpersonales, así como en las relaciones de género.

Por un lado, mediante una situación humorística, un tanto esperpéntica, plantean lo que un joven, de un recóndito lugar del mundo, es capaz de hacer por conseguir “el vehículo de sus sueños”, los cuales han sido inducidos por un anuncio que aparece en una revista de tirada nacional, con el fin de que puedas reconocer exactamente el modelo original; el que brilla y no tiene la chapa arrugada. Por lo tanto, el mensaje se centra en lo fácil que lo tienes aquí, que, tan sólo tienes que dirigirte al concesionario, en vez de conseguir un elefante o soldar a las 3 de la mañana.

La visión etnocentrista que aporta de los deseos del joven extranjero, aporta una imagen distorsionada de los valores predominantes en otras culturas, dejando entrever el mensaje de que “ellos desean lo que nosotros tenemos”, de manera que puede generar una sensación de recelo ante el fenómeno de la inmigración, simplificando el análisis de dicha circunstancia, y alimentar, así, actitudes xenófobas.

Por si esto fuera poco, refleja la fantasía de que si te paseas en un P206, las chicas más guapas de los garitos se fijarán en ti, lo cual no sólo es una falsa expectativa, sino que trata de materialistas y superfluas a las jóvenes, que se van a fijar en él tan sólo por conducir un coche. Pensamiento presente entre un buen número de adolescentes y jóvenes con los que trabajo y he trabajado en Villaverde y otros distritos y municipios de Madrid.

Además, en este mensaje se potencia el falso anhelo de ser en función de tus posesiones, tan necesario para impulsar la sociedad de consumo, generando entre los jóvenes la ansiedad de tener un coche que supondrá un coste en su vida y que realmente en la mayoría de los casos no necesita, privándole en no pocas ocasiones de cuestiones más importantes para su desarrollo como la autonomía de la emancipación: “Si pago la letra del coche no puedo mantenerme, así que me quedo en casa de mama y les hago la vida imposible”.

Igualmente, en el tratamiento de la figura femenina se reproduce enmascaradamente valores como el machismo y la competitividad social, dando a entender que ellas están ahí, con otros, esperando a que las deslumbremos, por lo que debemos de pavonearnos y desplegar nuestras plumas para el cortejo. ¡Muy Fuerte!

En este sentido, debido a mi experiencia en el trabajo con jóvenes, considero que mandar este tipo de mensajes refuerza determinados efectos perversos de la sociedad de consumo. Para muestra, un botón:

Durante los años 2008 y 2009 coordiné un equipo de educadores/as de calle en la mancomunidad SS. SS. del Suroeste. Se trataba de un total de 5 educadoras y otros tantos educadores repartidos en parejas por los municipios de Griñón, Moraleja de Enmedio, Arroyomolinos, Batres, Casarrubuelos, Cubas de la Sagra, Serranillos del Valle, Humanes de Madrid, Torrejón de la Calzada y Torrejón de Velasco . Durante el análisis de la realidad pudimos comprobar que una de las situaciones de riesgo más repetidas en todos lo municipios, y especialmente en los que estaban peor comunicados es una “instrumentalización de las relaciones afetivo-sexuales” por parte de las chicas adolescentes, que utilizaban como criterio de selección la posibilidad de disponer de un vehículo para aumentar su movilidad, lo que era aprovechado por los chicos mayores, con coche. Esto provocaba que todo chico adolescente estuviera deseando tener 18 años para poder conducir un coche y ser elegido. Puede parecer difícil de creer, pero eso es lo que pasa en esa y otras zonas, y está siendo alimentado por este tipo de mensajes, que “normaliza” ambas conductas.

Por último, el proceso de tranformación del coche, hace un guiño a la cultura del tunning, tan de moda entre los jóvenes a los que va dirigido este anuncio, los mismos de los que hablaba en el párrafo anterior y entre los que más triunfa la idea de vincular la posesión de un coche con el éxito social.

La Opinión Pública

Ya sólo el nombre me genera cierto temor... Ya que es curioso que hablemos de la opinión pública y de la capacidad de los mass media para influir en ella como de un poderoso aliado. "Si este no va en nuestra onda... pues le echamos encima a la opinión pública".

Se sobreentiende, por tanto que una de las funciones fundamentales de los medios de comunicación es poder influir sobre alguien y generar opnión pública, lo cual es muy perverso; algo así como la el "reverso tenebroso".

Pero "la fuerza" un poderoso aliado es querido padawan, y es por eso que debemos exponernos a la necesaria información y conocer el funcionamiento de sus transmisores para un buen yedi poder convertirnos.

Si, es algo así... si conocemos el funicionamiento no sólo estaremos capacitados para contra-influir en las tendencia tendenciosas de los medios de comunicación al servicio de intereses económicos y partidistas, sino que podemos estar un poco más inmunizados a sus perversas artes.